Este castillo fue restaurado para convertirse en Parador Nacional de Turismo, lo que le permite conservar su espíritu medieval y mantener los detalles más importantes de la que fue una gran fortaleza del siglo XIII. Uno de los elementos de este castillo que llama la atención es su gran patio interior, construido al estilo de las alcazabas árabes. Aquí se refugiaban los habitantes de Sigüenza cuando se atacaba el pueblo, y contenía un pozo para abastecer de agua la fortaleza.

En la visita al castillo se puede contemplar una recreación perfecta de las estancias de la época, desde su mobiliario a las armaduras que usaban los caballeros que vivían aquí.

Los muros del castillo de Zafra ofrecen una perspectiva espectacular desde la roca sobre la que se alzan. Parcialmente restaurado, dispone de una muralla almenada, el patio de armas y la torre del homenaje. En su interior, se encuentra una escalera de caracol para subir a la terraza superior. Solamente podrás verlo desde el exterior, pero si eres amante de Juego de Tronos seguro que lo reconoces, ya que apareció en esta popular serie.

Este castillo data del siglo XII, y en él hay que distinguir la fortaleza con muralla y la Torre de Aragón, edificada sobre un antiguo castillo árabe. Al castillo se accede por una puerta de la muralla con arco apuntado y diferentes defensas para protegerla. Sus torres tienen 3 plantas y destacan por sus grandes ventanas con arcos apuntados. También merece la pena visitar el patio de armas, donde se encontraban las distintas estancias que formaban la residencia del señor de Molina.

Desde la fortaleza, puedes llegar hasta la Torre de Aragón, una construcción de tres plantas reconstruida en el siglo XIX y desde cuya terraza superior se puede ver casi toda la comarca.

Un imponente palacio residencial del siglo XV, que te sorprenderá por su influencia italiana y por sus imponentes dimensiones. Mide casi 100 metros de longitud y cuenta con una apariencia majestuosa, en el que destaca que las torres no sobresalen del muro.

Aunque hoy pertenece al municipio de Jadraque, el primer propietario de este castillo fue Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, conde del Cid e hijo primogénito del cardenal Mendoza, quien pretendía ser descendiente del mismo Cid Campeador.

El castillo de Torija te sorprenderá por su gran belleza y su excelente estado de conservación. Destaca por sus murallas altas, sus muros no demasiado gruesos y, sobre todo, por su gran torre principal independiente del resto de instalaciones.

Construido en el siglo XIV, su última restauración se llevó a cabo en 1962. En su interior se encuentra el Centro de Interpretación Turística de la Provincia de Guadalajara y museo del libro «Viaje a la Alcarria» de Camilo José Cela. También dispone de un espacio dedicado a la figura del Cid.

Si eres amante de los castillos, visita obligada es el Castillo de Riba de Santiuste. En excelente estado de conservación gracias a su última restauración y situado en lo más alto de un cerro, es un verdadero castillo montano.

Se calcula que se construyó entre los siglos XII y XIII, y su forma se adapta al cerro donde se encuentra. Cuenta con dos torreones defensivos y un estrecho camino de acceso que reforzaba todavía más su seguridad. En su interior podrás ver diversas dependencias y elementos de su restauración.