Las Cuevas del Drach se localizan en Porto Cristo, Manacor, y en realidad son cuatro cavidades intercomunicadas (los Franceses, Luis Salvador, Blanca y Negra) que alcanzan una profundidad de 25 metros y 2,5 kilómetros de longitud.
Por ellas han transitado fenicios, romanos, piratas berberiscos y contrabandistas. En realidad, son parte de Mallorca. Se denominan así por una leyenda, según la cual un dragón guardaba su acceso. Como atestiguan algunos muros y fragmentos de cerámica, fueron frecuentadas desde los tiempos prehistóricos.
Se trata de una de las cavidades más extensas de la isla, con un total de 1.700 metros de recorrido. Hasta finales del siglo XIX no fueron exploradas en su totalidad. Llama la atención sus formas fantasiosas, que atrajeron la atención de Julio Verne, quien las mencionó en su novela Clovis Dardentor (1895) .
La principal característica de las Coves del Drac son sus seis estanques, repletos de estalacticas y estalagmitas. El más extenso es el lago Martel (115 metros de largo y 30 de ancho), uno de los mayores del mundo, que tiene instalado un auditorio con un aforo de más de un centenar de espectadores en el que en ocasiones se celebran conciertos y espectáculos.